HOME

lunes, 17 de marzo de 2014

52 Programas ara Sociedad de Jovenes



Eres director o directora J.A?
Esto es para ti, queremos recomendar esta recopilación de temas para tu sociedad de jóvenes, son 52 temas dinámicos que pensamos serán de bendición para tu departamento juvenil.

• Puedes descargarlo aca:
https://www.mediafire.com/?q1q15tasdotzo1r

Si no eres líder J.A pero conoces al lider del departamento de Sociedad de Jovenes en tu iglesia, recomienda este recurso 

Fuente del material: http://www.recurso-adventista.com/

martes, 28 de febrero de 2012

Comentario de la lección 09 de Elena G de White


Lección 9
3 de Marzo de 2012


















La Biblia y la historia


Sábado 25 de febrero

Centenares de años antes que ciertas naciones subiesen al escena­rio, el Omnisciente miró a través de los siglos y predijo el nacimiento y la caída de los reinos universales. Dios declaró a Nabucodonosor que el reino de Babilonia caería, y que se levantaría un segundo reino, el cual tendría también su período de prueba. Al no ensalzar al Dios verdade­ro, su gloria iba a marchitarse y un tercer reino ocuparía su lugar. Este también pasaría; y un cuarto reino, fuerte como el hierro, iba a subyugar las naciones del mundo...

En la historia de las naciones el que estudia la Palabra de Dios puede contemplar el cumplimiento literal de la profecía divina... El poder ejercido por todo gobernante de la tierra es impartido del cielo; y del uso que hace de este poder el tal gobernante, depende su éxito (Profetas y reyes, pp. 367, 368).

Domingo 26 de febrero: El pasado y el futuro

La Biblia es la historia más antigua y abarcante que poseen los hombres. Nació de la fuente de la verdad eterna y una mano divina ha preservado su pureza a través de los siglos. Ilumina el lejano pasado en el cual en vano trata de penetrar la investigación humana. Solamente en la Palabra de Dios contemplamos el poder que puso los cimientos de la tierra y extendió los cielos. Solo en ella hallamos un relato auténtico del origen de las naciones. Solo en ella se da una historia de nuestra raza, libre de prejuicios u orgullo humanos.

En los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el levantamiento y la caída de los imperios, parecen depender de la voluntad y las proezas del hombre. Los sucesos parecen ser determina­dos, en gran parte, por su poder, su ambición o su capricho. Pero en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás, encima y entre la trama y la urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios (La educación, p. 173).

Como el carácter de su Autor divino, la Palabra de Dios presenta misterios que no podrán nunca ser plenamente comprendidos por los seres finitos. Dirige nuestra mente al Creador, "que habita en luz inac­cesible" (1 Timoteo 6:16). Nos presenta sus propósitos, que abarcan todas las edades de la historia humana, y cuyo cumplimiento se alcan­zará únicamente en los siglos sin fin de la eternidad. Llama nuestra atención a temas de infinita profundidad e importancia concernientes al gobierno de Dios y el destino del hombre.

La entrada del pecado en el mundo, la encarnación de Cristo, la regeneración, la resurrección y muchos otros temas presentados en la Biblia, son misterios demasiado profundos para que los explique la mente humana, o siquiera los comprenda plenamente. Pero Dios nos ha dado en las Escrituras suficientes evidencias de su carácter divino, y no debemos dudar su Palabra porque no podamos comprender todos los misterios de su providencia(Joyas de los testimonios, tomo 2, pp. 303, 304).

Lunes 27 de febrero: Los profetas como historiadores

Las vidas de los personajes registrados en la Biblia son historias auténticas. Desde Adán hasta los apóstoles, pasando por las gene­raciones sucesivas, tenemos un registro claro y honesto de lo que realmente ocurrió con ellos. Muchos se preguntan por qué la historia inspirada relata casos de hombres buenos que mancharon su carácter con actos equivocados, y los incrédulos, con gran satisfacción, uti­lizan esos pecados para ridiculizarlos. Pero los escritores inspirados no escondieron esos actos por temor a que la historia sagrada fuera ensombrecida por el registro de las fragilidades humanas. Ellos escribían, no lo que ellos querían, sino lo que les dictaba el Espíritu Santo; escribían la verdad literal, por dura que fuese, y revelaban acciones secretas por razones que nuestras mentes finitas no alcanzan plenamente a comprender. Pero el hecho de no esconder la verdad ni suprimir los pecados de los principales personajes es una de las mejores evidencias de la autenticidad de las Escrituras (Review and Herald, enero 22, 1880).

No ha habido ni una sola nube que ha caído sobre la iglesia para la cual Dios no haya hecho provisión; no se ha levantado ni una sola fuerza opositora para contrarrestar la obra de Dios que él no haya previsto. Todo ha ocurrido como lo predijo por medio de sus profetas. No ha dejado a su iglesia en tinieblas y olvidada, sino que ha mos­trado mediante declaraciones proféticas lo que ocurriría, y obrando por medio de su providencia en el lugar designado de la historia del mundo, ha dado lugar a aquello que el Espíritu Santo reveló a sus profetas para que lo predijeran. Todos sus propósitos se cumplirán y se establecerán...

Se ha cumplido todo lo que Dios ha especificado en la historia profética, y se cumplirá todo lo que aun deba cumplirse. Daniel, el pro­feta de Dios, permanece firme en su lugar. Juan también lo está. En el Apocalipsis, el León de la tribu de Judá ha abierto el libro de Daniel a los estudiosos de la profecía, y así es como Daniel permanece firme en su sitio. Da su testimonio, el cual le fue revelado por Dios por medio de visiones de los grandes y solemnes acontecimientos que debemos reconocer en este momento cuando estamos en el mismo umbral de su cumplimiento.

Mediante la historia y la profecía, la Palabra de Dios describe el prolongado conflicto entre la verdad y el error. Ese conflicto sigue en desarrollo. Las cosas que han acontecido volverán a repetirse. Revivirán antiguas controversias, y continuamente surgirán teorías nuevas. Pero el pueblo de Dios, el cual mediante sus creencias y su cumplimiento de la profecía ha desempeñado una parte en la proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel, sabe dónde se encuentra. Tiene una experiencia que es más preciosa que el oro refinado. Debe permanecer firme como una roca, aferrándose al comienzo de su con­fianza hasta el fin (Mensajes selectos, tomo 2, pp. 124, 125).

Martes 28 de febrero: Daniel 2 y la providencia divina en la historia

Es necesario que haya un estudio mucho más de cerca de la Palabra de Dios; especialmente Daniel y Apocalipsis deben recibir atención como nunca antes en la historia de nuestra obra. Podemos tener menos que decir en algunos respectos, con relación al poder romano y al papa­do; pero debemos llamar la atención a lo que los profetas y los apóstoles han escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo de Dios. El Espíritu Santo ha modelado las cosas de tal suerte, en la forma de dar las pro­fecías y también en los acontecimientos descriptos, como para enseñar que el agente humano ha de ser mantenido fuera de la vista, oculto en Cristo, y que el Señor Dios del cielo y su ley han de ser exaltados. Leed el libro de Daniel. Evocad, punto por punto la historia de los reinos allí representados. Contemplad a los hombres de estado, los consejos, los ejércitos poderosos, y ved cómo Dios obró para abatir el orgullo de los hombres, y arrojó la gloria humana en el polvo (Testimonios para los ministros, pp. 109, 110).

...No tenemos tiempo que perder; Dios nos pide que velemos por las almas como quienes han de dar cuenta. Presentad nuevos principios, y acumulad la clara verdad. Ella será como espada de doble filo. Pero no os manifestéis demasiado dispuestos a asumir una actitud polémica. Hay ocasiones en que hemos de quedar quietos para ver la salvación de Dios. Permitid que hable Daniel, haced que se exprese el Apocalipsis, y digan qué es verdad. Pero cualquiera sea el aspecto del tema que se presente, levantad a Jesús como el centro de toda esperanza, "la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente, y de la mañana" (Testimonios para los ministros, pp. 115, 116).

Del nacimiento y de la caída de las naciones, según resaltan en los libros de Daniel y Apocalipsis, necesitamos aprender cuán vana es la gloria y pompa mundanal. Babilonia, con todo su poder y magnifi­cencia, cuyo parangón nuestro mundo no ha vuelto a contemplar —un poder y una magnificencia que la gente de aquel tiempo creía estables y duraderos— se desvaneció y ¡cuán completamente! Pereció "como la flor de la hierba" (Santiago 1:10). Así perecieron el reino medo-persa, y los imperios de Grecia y de Roma. Y así perece todo lo que no está fundado en Dios. Solo puede perdurar lo que se vincula con su propó­sito y expresa su carácter. Sus principios son lo único firme que conoce nuestro mundo.

Un estudio cuidadoso de cómo se cumple el propósito de Dios en la historia de las naciones y en la revelación de las cosas venideras, nos ayudará a estimar en su verdadero valor las cosas que se ven y las que no se ven, y a comprender cuál es el verdadero objeto de la vida. Considerando así las cosas de este tiempo a la luz de la eternidad, podremos, como Daniel y sus compañeros, vivir por lo que es verdade­ro, noble y perdurable. Y al aprender en esta vida a reconocer los prin­cipios del reino de nuestro Señor y Salvador, el reino bienaventurado que ha de durar para siempre, podemos ser preparados para entrar con él a poseerlo cuando venga (Profetas y reyes,pp. 402, 403).

Miércoles 29 de febrero: El gran conflicto y la historia

Mediante la iluminación del Espíritu Santo, las escenas de la lucha secular entre el bien y el mal fueron reveladas a quien escribe estas páginas. En una y otra ocasión se me permitió contemplar las peripecias de la gran lucha secular entre Cristo, Príncipe de la vida, Autor de nuestra salvación, y Satanás, príncipe del mal, autor del pecado y primer transgresor de la santa ley de Dios. La enemistad de Satanás contra Cristo se ensañó en los discípulos del Salvador. En toda la historia puede echarse de ver el mismo odio a los principios de la ley de Dios, la misma política de engaño, mediante la cual se hace aparecer el error como si fuese la verdad, se hace que las leyes humanas substituyan las leyes de Dios, y se induce a los hombres a adorar la criatura antes que al Creador. Los esfuerzos de Satanás para desfigurar el carácter de Dios, para dar a los hombres un concepto falso del Creador y hacer que le consideren con temor y odio más bien que con amor; sus esfuerzos para suprimir la ley de Dios, y hacer creer al pueblo que no está sujeto a las exigencias de ella; sus perse­cuciones dirigidas contra los que se atreven a resistir a sus engaños, han seguido con rigor implacable. Se pueden ver en la historia de los patriarcas, de los profetas y apóstoles, de los mártires y reformadores (El conflicto de los siglos, p. 13).

La Biblia es su propia expositora. Se ha de comparar un pasaje con otro. El alumno debe considerar la Palabra como un todo y ver la relación de sus partes. Debe adquirir conocimiento de su gran tema central: el propósito original de Dios para el mundo, el despertar de la gran controversia y de la obra de la redención. Debe comprender la naturaleza de los dos principios que contienden por la supremacía, y del de aprender a seguir sus manifestaciones a través de los anales de la historia y la profecía, hasta la gran consumación. Debe ver cómo esa controversia entra en toda fase de la experiencia humana; cómo en todo acto de la vida él mismo revela uno u otro de los motivos antagónicos; y cómo, sea que lo quiera o no, está ahora mismo decidiendo de qué lado de la controversia será hallado.

Cada parte de la Biblia ha sido dada por inspiración de Dios y es provechosa. El Antiguo Testamento, no menos que el Nuevo, debe recibir atención. Mientras estudiemos el Antiguo Testamento, hallare­mos fuentes vivas que borbotean donde el lector negligente discierne solamente un desierto.

El Antiguo Testamento derrama luz sobre el Nuevo, y el Nuevo sobre el Antiguo. Cada uno es una revelación de la gloria de Dios en Jesús. Cristo manifestado a los patriarcas, simbolizado en los servi­cios de los sacrificios, esbozado en la ley, y revelado por los profetas, constituye las riquezas del Antiguo Testamento. Cristo en su vida, en su muerte y su resurrección; Cristo manifestado por el Espíritu Santo, es el tesoro del Nuevo. Tanto el Nuevo como el Antiguo Testamento presentan verdades que revelan continuamente nuevas profundidades de significado al que las busca fervorosamente (Consejos para los maestros, pp. 445, 446).

"¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? porque tú solo eres santo: porque todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti; porque tus actos de justicia han sido manifestados". Toda cuestión de verdad y error en la controversia que tanto ha durado, ha quedado aclarada. Los resultados de la rebelión y del apartamiento de los esta­tutos divinos han sido puestos a la vista de todos los seres inteligentes creados. El desarrollo del gobierno de Satanás en contraste con el de Dios, ha sido presentado a todo el universo. Satanás ha sido condenado por sus propias obras. La sabiduría de Dios, su justicia y su bondad quedan por completo reivindicadas. Queda también comprobado que todos sus actos en el gran conflicto fueron ejecutados de acuerdo con el bien eterno de su pueblo y el bien de todos los mundos que creó. "Todas tus obras alabarán, oh Jehová, y tus piadosos siervos te bendecirán" (Salmo 145:10, V.M.). La historia del pecado atestiguará durante toda la eternidad que con la existencia de la ley de Dios se vincula la dicha de todos los seres creados por él. En vista de todos los hechos del gran conflicto, todo el universo, tanto los justos como los rebeldes, declaran al unísono: "¡Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos!" (El conflicto de los siglos, pp. 728, 729).

Jueves 1 de marzo: La cruz en la historia

Hemos de mantenernos cerca de nuestro gran Director, o seremos aturdidos y perderemos de vista la providencia que preside sobre la iglesia y sobre el mundo, y sobre cada individuo. Habrá profundos misterios en el trato divino. Podemos perder las pisadas de Dios y seguir nuestro propio aturdimiento diciendo: Tus juicios no son conocidos; pero si el corazón es leal a Dios todas las cosas serán aclaradas.

Hay un día que pronto ha de amanecer en que los misterios de Dios serán comprendidos, y todos sus caminos vindicados; cuando la justi­cia, la misericordia y el amor serán los atributos de su trono. Cuando la guerra terrenal haya terminado, y los santos estén todos reunidos en el hogar, nuestro primer tema será el cántico de Moisés, el siervo de Dios. El segundo tema será el cántico del Cordero, el cántico de gracia y redención. Este canto será más alto, y se entonará en estrofas más sublimes, resonando por los atrios celestiales. Así se canta el cántico de la providencia de Dios, que relaciona las variadas dispensaciones; porque todo se ve ahora sin que haya un velo entre lo legal, lo profético y el evangelio. La historia de la iglesia en la tierra y la iglesia redimida en el cielo tienen su centro en la cruz del Calvario. Este es el tema, este es el canto —Cristo el todo y en todo— en antífonas y alabanzas que resuenan por los cielos entonadas por millares y por diez mil veces diez mil, y una innumerable compañía de la hueste de los redimidos. Todos se unen en este cántico de Moisés y del Cordero. Es un cántico nuevo, porque nunca antes se ha entonado en el cielo (Testimonios para los ministros, p. 440).

Poderosas verdades han sido dadas a los agentes humanos, verda­des que cuando se anuncian activan las mentes de hombres y mujeres que están en las tinieblas del error y los invitan diciéndoles: "Venid, que ya todo está preparado". El conocimiento de la verdad es el gran poder de Dios para salvación de todo aquel que cree. El sacrificio expiatorio, la justicia de Cristo, es el centro vital de toda verdad. En la cruz del Calvario, "la misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron". La ley y el evangelio están en perfecta armonía; derra­man una inmensa luz sobre la oscuridad moral del mundo y estimulan, renuevan y santifican a todos los que creen la verdad; a todos los que alegre y agradecidamente aceptan la luz que viene del trono de Dios(Review and Herald, septiembre 29, 1891).

La cruz de Cristo debe ser el gran centro alrededor del cual todo lo demás está subordinado. La cruz está plantada entre la divinidad y la humanidad; entre el cielo y la tierra; no puede estar más cerca de la tie­rra de lo que está. Todo lo que concierne a la salvación de los humanos descansa a la sombra de la cruz. Tanto los seres celestiales como los terrenales se inclinan ante esta atracción central, y las voces del cielo y de la tierra proclaman al universo el plan de redención. La cruz no pierde su significado en ninguno de los dos mundos (Signs of the Times, 17 de agosto, 1891).

El sacrificio de Cristo como expiación del pecado es la gran ver­dad en torno a la cual se reúnen todas las otras. Para poder comprender y apreciar correctamente toda verdad de la Palabra de Dios, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, deben ser estudiadas a la luz que fluye de la cruz del Calvario, en relación con la extraordinaria verdad central de la expiación efectuada por el Salvador. Los que estudian el maravilloso sacrificio del Redentor, crecen en gracia y conocimiento.

Os presento el grandioso monumento de misericordia y regenera­ción, salvación y redención: el Hijo de Dios levantado en la cruz del Calvario. Este debe ser el tema de todo discurso. Cristo declara: "Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo"(Hijos e hijas de Dios, p. 223).

Lección 09 de Escuela Sabática para Jóvenes


Descargar (archivo pdf)

CREENCIAS ADVENTISTAS PPT

para descargar estas presentaciones click al link del titulo de cada creencia, y luego opción downloap (descargar) (Nota: tenés que tener cuenta, si no abrir una, vale la pena porque podrás descargar aun mucho mas recursos adventistas. Además es un formulario re corto. dale! :) CREDITOS: http://www.slideshare.net/mensajerow